
Cuando nos referimos a parecido,
primero pensamos en términos de aspecto. Un robot tiene apariencia de ser humano.
Se le podría, por ejemplo, cubrir
de un material suave que se asemejase a la piel humana. Podría tener pelo, y
ojos, y una voz, y todos los rasgos y accesorios de un ser humano, de forma
que, en lo concerniente al aspecto exterior, seria indistinguible del ser
humano.
Esto, sin embargo, no es
realmente esencial. De hecho, el robot, como aparece en la ciencia ficción,
casi siempre está construido de metal, y sólo tiene un parecido estilizado con
un ser humano.
Supongamos, por consiguiente, que
nos olvidamos del aspecto y considerarnos sólo lo que puede hacer. Pensamos en
los robots como algo capaz de realizar tareas más rápida y más eficientemente
que los seres humanos. Pero en este caso cualquier máquina es un robot. Una
máquina de coser puede coser más de prisa que un ser humano, una taladradora
puede penetrar una superficie dura más rápidamente de como puede hacerlo un ser
humano sin ayuda, un aparato de televisión puede detectar y organizar ondas de
radio como nosotros no podemos hacerlo, y así sucesivamente.

En otras palabras, para decirlo
de la forma más breve posible:
robot = máquina + computadora
Por lo tanto, es evidente que un
verdadero robot fue imposible antes de la invención de la computadora en los
años cuarenta, y no fue práctico.
Sin embargo, el concepto de
robot, un aparato artificial que remeda las acciones y, posiblemente, el
aspecto, del ser humano es antiguo, con toda probabilidad tan antiguo como la
imaginación humana.

Esto se convirtió en el tema
central de las historias de ciencia-ficción que han aparecido desde
Frankenstein. La creación de los robots fue considerada como el primer ejemplo
de la arrogancia desmesurada de la Humanidad.
Sin embargo, nadie utilizó la palabra «robot» hasta 1920. Aquel año, un dramaturgo checo, Karel Capek, escribió la obra R.U.R., sobre un inglés, Rossum, que fabricaba seres humanos artificiales en cantidad. Estos estaban destinados a realizar las labores arduas de la Tierra, de forma que los seres humanos reales pudiesen vivir placentera y confortablemente sus vidas. Capek llamó a estos seres humanos artificiales «robots», que era una palabra checa para «trabajadores forzados» o «esclavos».
Máquinas -modernas-, pero
máquinas. Pueden ser peligrosos a pesar de los indudables factores de seguridad
en ellos introducidos. Los factores de seguridad podían ser defectuosos, o inadecuados,
o podían fallar bajo inesperados tipos de tensiones, pero estos fallos siempre
podían proporcionar experiencia susceptible de ser usada para mejorar los
modelos.
Al fin y al cabo, todos los
mecanismos tienen sus peligros. El descubrimiento del lenguaje, introdujo
comunicación -y mentiras-. El descubrimiento del fuego introdujo la cocina -y
el incendio-. El descubrimiento de la brújula mejoró la navegación -y destruyó
civilizaciones en México y Perú-. El automóvil es maravillosamente útil -y mata
decenas de miles de norteamericanos cada año-. Los adelantos médicos han
salvado millones de vidas -e intensificado la explosión demográfica.
«Las Tres Reglas fundamentales de
la Robótica de Asimov» son las siguientes:

2. Un robot debe obedecer las
órdenes recibidas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en
conflicto con la Primera Ley.
3. Un robot debe proteger su
propia existencia en la medida en que esta protección no sea incompatible con
la Primera y la Segunda Ley.
Citando este extracto de una
grandiosa obra :Visiones de Robot de
Isaac Asimov, me gustaría hablar acerca de la posibilidad de que el ser
humano tenga una herramienta tan fabulosa que se encargue de quehaceres
cotidianos y en algunas ocasiones poco gratas para nosotros.
¿Que seria de nuestra vida, si
tuviésemos la capacidad de saltarnos muchas cosas que no nos gustan hacer?,
¿Acaso sería mejor ,y menos tediosa nuestra vida? , ¿valdría mucho mas la pena
vivir en un futuro que nuestro ahora?.


Ahora bien, por otro lado, la características de seres
humanos es lo que nos gobierna y nos hace diferente de otras razas
extraterrestres. Ya sea para bien o para mal, nuestra evolución como especie
nos forjará con un sello propio en el que estoy seguro que el criterio y la
compasión serán alguno de ellos.
Estos dos elementos ,creo que
hace humano a su poseedor y muy difícilmente existan algoritmos que puedan
siquiera acercarse a esas características.
Seria difícil pensar que nos
gobiernan unas máquinas que siguen algoritmos, y que no tienen una esencia
espiritual, maquinas vacías.
Yo realmente creo que la unión perfecta en el futuro serán los androides , cuando se una lo mejor de nosotros, con lo mejor de nuestra tecnología en uno solo.

Ya es sabido por muchos ,que cuando mayor es la I.A que posean los robots , mas
autómatas se harán, puesto que empezaran a pensar por sí mismos y crear leyes
propias; así aprenderán de sus propias experiencias, llegando a un punto de
cuestionar las leyes inviolables con las que fueron programados, evolucionando
en otro paradigma. ¿Es acaso que estamos firmando nuestra propia sentencia como
especie? No lo sabremos hasta que llegue el día y se comercialicen los primeros
robots a la población mundial.
De momento aun son creaciones
imperfectas.